Por: Henry Ovalle Forero
En este país del sagrado corazón donde todos los días nos sorprendemos con los escándalos de la corrupción y donde el pueblo, ósea nosotros los Colombianos , vemos con preocupación el rasero con, que la justicia de Colombia mide a estos delincuentes de cuello blanco; si los mandan a celdas de primera clase en un pabellón especial y si les va mejor van a terminar en una bonita casa fiscal con todas las comodidades, o de repente en el cantón norte o cualquier guarnición militar donde les dan la mejor habitación de un alto oficial, además tienen visitas todos los días, la pregunta es : ¿cual es la diferencia de estos antisociales con los otros?, que están en lamentables condiciones, en estado de hacinamiento, en cualquier prisión de Locombia, ¿Que se puede pensar?, ¿se puede decir?, que es por el monto que se robaron, deben ser tratados con respeto por ser los peores ladrones, mientras los demás pagan cárcel por tumbarsen minucias comparados con estos doctorcitos que se la robaron toda y pasan de billones.
¿Acaso la ley no es para todos?, ¿o es que la ley premia a los mas vivos y les dan trato de redentores?. Así si que estamos jodidos con la exclusión hasta en la justicia, como un conocido refrán popular “la justicia es pa los de ruana”, a mi me enseñaron que robar era un delito y el que le quita a alguien no importando la cantidad, tiene que pagar con un castigo ejemplar, mas si se tumban la plata de los pobres del erario, Ha estos señores no se les puede llamar de otra manera que delincuentes de lo peor, ¡pero con la justicia que nos toco!, ojala se les aplique todo el peso de la ley , ¡y eso si los condenan!, que posiblemente son exonerados de sus fechorías y su permanencia mas que un castigo, son unas vacaciones con todo pago en un reclusorio de lujo y con la mejor protección, finalmente si son declarados no culpables, resultan demandando al estado por muchos mas millones de los que se robaron. Así, que esperamos “los de ruana”, que pa toos se haga justicia y paguen con mas veraz, lo que le quitaron al pueblo.
Ojala esos brillantes organismos de control y de justicia, se tomen la molestia de recuperar esa plática y que no nos vengan con el cuento de, ¡que esa plática se perdió!.
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